martes, 10 de enero de 2012

Arte Popular

El sector superior del Museo, con sus tres salas, está enteramente dedicado a exhibir el arte popular de América.
Dejando de lado las piezas hechas para consumo de turistas, nos referiremos a las artesanías actuales realizadas a mano por los pobladores amerindios y mestizos que utilizando herramientas simples siguen las tradiciones que se trasmitieron de generación a generación desde tiempos precolombinos.
La amplia base territorial y cultural de América, con su variedad de paisajes, climas y materias primas, han dado lugar a un gran desarrollo artístico.
La densidad del trabajo artesano de México, América Central y los países andinos cuando llegaron los españoles, era algo asombroso, comparable al nivel alcanzado por los egipcios en tiempos anteriores a la introducción del caballo y el hierro.
Con espíritu simple y generoso colorido, estas expresiones espontáneas e ingenuas, que muchas veces no respetan las reglas elementales de la proporción ni de la perspectiva, nos permiten descubrir el emocionado mensaje de lo popular, reflejando las costumbres, el sentir y las tradiciones de sus pueblos.
Su valor máximo se halla no sólo en el alto nivel alcanzado sino también en la variedad y cantidad de materiales y formas existentes.
Una buena muestra de ello es el contenido de la colección del Museo, que compuesta por cerámicas, tejidos, molas, platería, pintura, arte plumario y tallas en madera como mascarones de proa, santos y una fantástica sección de máscaras ceremoniales de varios países, es seguramente la más importante y completa del Uruguay.
Estas artesanías, realizadas por culturas tan diferentes como la indígena del Amazonas o los pobladores de la cordillera andina, completan el guión cronológico del Museo, aportando también un panorama de la frondosa creatividad de nuestro continente.

Arte Precolombino

El guión comienza contando los aconteceres de un sorprendente proceso cultural e histórico que se inicia en América a mediados del tercer milenio A.C. y se interrumpe en el siglo XVI con la conquista europea.
Con un acervo de más de 800 piezas originales, se presenta un completo panorama de las culturas precolombinas, en su mapa total que va y viene desde México, Centro América, Los Andes, la gesta del Inca y su expansión, el norte Argentino, y allá en la boca del Amazonas, la revelación Marajo, isolada y conmovedoramente cabal.
Por mencionar algunas de las civilizaciones representadas en el Museo podemos destacar las siguientes:

México y Guatemala: Olmeca, Nayarit, Colima, Veracruz, Nalisco y Maya.
Panamá: Coclé y Veraguas.
Colombia: Quimbaya y Manteña.
Bolivia: Tiahuanaco.
Ecuador: Valdivia (la más antigua de América - 3.500 años), Chorrera, Bahía y Carchi.
Perú: Chavin, Recuay, Moche, Nazca, Huari, Chancay, Chimu e Inca.
Argentina: La Aguada y Conturhuasi.
Una justa medida entre el tiempo de recorrido por sus 15 amplias salas, la diagramación de sus sobrias vitrinas pobladas de objetos de tan particular diversidad de expresiones, y una banda sonora armada especialmente con música indígena de la cordillera andina, han sido meticulosamente consideradas.
Se trata entonces de lo que hoy en museografía de avanzada se conoce como un elocuente "eco-museo", donde los públicos visitantes se acercan respetuosos a descifrar el origen y proceso histórico de sus raíces, sin accidentes ambientales que perturben la prosa de todo el discurso tanto como la cronología de apoyo que hace a la comunicación.










Arte Colonial

La colección de arte colonial religioso del Museo comprende varias piezas que datan de la época de la conquista, provenientes de distintas partes de América.
El arte religioso fue una herramienta fundamental que los conquistadores utilizaron para la colonización y propagación de la fe católica en la población nativa. La conquista territorial y espiritual durante el siglo XVI dio lugar a la construcción de numerosos edificios militares, conventos e iglesias, donde se aprovechó la habilidad y creatividad del nativo que aplicó sus conocimientos como también las nuevas técnicas europeas que los conquistadores les enseñaron.
Como parte de la educación que se impartió a los nativos, se crearon escuelas de imaginería y pintura cristiana, para proveer la decoración necesaria para vestir los numerosos templos y monasterios levantados en América. Entre las más importantes podemos citar a la Escuela Mexicana, Quiteña, Cuzqueña y Potosina.
Los indígenas eran entrenados en el correcto uso de la iconografía sagrada, utilizando como modelo ilustraciones de distintos libros de teología y catecismo.
Esta inconfundible imaginería pictórica y plástica está representada en el Museo a través de numerosas tallas, santos y crucifixiones, a los que se suman varios cuadros de la escuela quiteña y cuzqueña así como puertas de las misiones jesuíticas y varios ejemplares de mobiliario del siglo 18.Las imágenes religiosas son fundamentalmente tallas de madera policromadas, algunas con incorporación de pelo natural, cuero y tela, encontrándose dentro de la colección múltiples diferencias estilísticas, unas provenientes de Europa y otras adaptadas por la vivencia religiosa de los artistas nativos.





Artes Tribales en el MAAM

Para las artes de Africa y Oceanía se usa a veces la expresión "arte primitivo".
Esta expresión se puede interpretar en el sentido que las tribus que han producido estas obras han sido relativamente poco evolucionadas para los europeos cuando tuvieron los primeros contactos con estos.
Este arte no es nada primitivo en el sentido popular de la palabra.
Actualmente se reconoce muy bien el alto valor artístico de estas obras que muestran alta sofisticación, expresiones que por otra parte han influenciado e inspirado a muchos artistas contemporáneos de todo el mundo.
En la sala se muestra un excelente conjunto de esculturas, estatuas y máscaras que están íntimamente relacionados con la religión, y también una cantidad de piezas de uso diario, como cuchillos, cucharas y apoyacabezas que son de gran valor etnológico. Para su confección se utiliza casi exclusivamente madera, por su resistencia a los climas tropicales.
Nuestra colección de Africa cubre con valiosos objetos toda la región comprendida entre Senegal y el Congo, prácticamente la única zona donde se ha producido arte tribal de alta calidad.
En el arte de Oceanía se distinguen tres áreas compuestas por Micronesia, Polinesia y Melanesia. Todas muy bien representadas en el museo.
Las numerosas islas donde se asientan estas culturas, han dado lugar a la formación de una gran cantidad de tribus y en consecuencia estilos locales diferentes. Melanesia con Nueva Guinea es la región más rica en arte sacral tribal.
La sala de artes tribales, así como esta colección de gran valor artístico, proveniente de renombrados orígenes como por ejemplo la colección Helena Rubinstein de Nueva York, han sido donadas por el Sr. Benno Mattel y su señora esposa, en un gesto de enorme generosidad que agradecemos vivamente.




OBRAS JPV