martes, 1 de diciembre de 2009

PROXIMAMENTE


MONTEVIDEO PUNTA DEL ESTE - En el M.A.A.M. _ 2010


Muestra Gomensoro: del 29 de Diciembre 2009 al 5 de Enero 2010
Colección personal de Jorge Paez Vilaro I y Grandes Maestros Rioplatenses de diferentes colecciones.
Martes 29 y Miércoles 30 de diciembre 2009 de 18 a 23 hs.
Jueves 31 de 10 a 13 hs.
Del Viernes 1 de enero de 2010 al Lunes 4 de 18 a 23 hs.
Martes 5 de 10 a 13 hs.

Remate Gomensoro: Martes 5 de Enero 2010 21:30 hrs



Exposición Colectiva Artistas Uruguayos:
Viernes 15 de Enero al 1 de Febrero 2010

Viernes 15 Enero 2010, 20:30 Hrs. Apertura de la Muestra y Vernissage.
Exponen:

-Fernando Fraga
-Santiago Aldabalde
-Sebastián Barrandeguy
-Santiago García
-Florencia Capdepon
-Gabriela Acevedo
-Ana Dolder
-Gabriela Chanes
-Cristina Burnett
-Valentina Páez
Entre otros

Remate Gomensoro: Domingo 14 (Carnaval) de febrero de 2010
Colección personal de Jorge Paez Vilaro II y Grandes Maestros Rioplatenses de diferentes colecciones.

Mas info:: Galeria/Remates Gomensoro

lunes, 30 de noviembre de 2009

El MAAM fundado por Jorge Páez Vilaró en una hermosa casona colonial de 1870, es un centro cultural, único en América, dedicado a la difusión y estímulo del arte de nuestro país y del continente Americano.
Con una actividad variada y cambiante, poblada de exposiciones, conciertos y conferencias, ofrece un programa siempre didáctico, interesante y disfrutable, llenando un espacio cultural y espiritual no cubierto en el verano de nuestro principal balneario.
El MAAM es también un lugar obligado de encuentro y relaciones públicas, con una convocatoria social del mejor nivel (20.000 visitantes por temporada).
Por sus características tan especiales, ha sido declarado de Interés Nacional y premiado por UNESCO.
Su propuesta esta dividida en tres áreas que se complementan.

La más importante es la del propio museo que presenta en sus numerosas salas y vitrinas una colección de piezas precolombinas, coloniales misioneras, y arte popular, que brindan un amplio panorama de las diferentes culturas de América, así como una excelente colección de arte tribal de África y Oceanía, culturas que ingresaron con la esclavitud y han tenido una gran influencia en nuestro continente.
Su contenido sorprende no solo al visitante sino también a expertos y coleccionistas del mundo entero que se maravillan con esta muestra que abarca desde 3.000 años A.C. hasta nuestros días.
Otra actividad de gran importancia es la realización de exposiciones de artes plásticas.
Artistas de reconocida trayectoria y otros más jóvenes encuentran en el MAAM el apoyo e incentivo necesario, y a la vez el espacio y tiempo para su contacto con el público que tiene la oportunidad de apreciar en las 5 amplias salas de su galería, numerosas muestras que cambian cada 15 dias aproximadamente.
Varias esculturas de importantes artistas internacionales, encuentran el marco adecuado en el amplio y hermoso jardín colonial poblado de árboles centenarios y plantas de extremada belleza.
La acción del museo de "la casona rosada" incorpora además en su escenario al aire libre interesantes conferencias y presentaciones audiovisuales, así como los ya tradicionales y frecuentes espectáculos musicales, que por su reconocido nivel de calidad convocan por noche a más de 500 entusiasmados concurrentes.
Todas estas actividades se brindan en forma gratuita merced a la generosa y vital colaboracion de instituciones, empresas sponsors y al club de Amigos del MAAM, a quienes el Museo debe su permanente agradecimiento.
El MAAM es sin duda una obra de características muy especiales, que significa un ejemplo de entrega a la comunidad y un motivo de orgullo para el país.

domingo, 29 de noviembre de 2009

EL MAAM sigue viviendo, Momento de decisión


Por Daniel Braquet _ Revista PAULA

Dodera esquina Treinta y Tres. A dos cuadras de la plaza principal de Maldonado. Apenas a diez minutos de Gorlero, el corazón de la Punta. Casi media cuadra de jardines rodeando la casona de muros rosados. Señoral, histórica, albergue de una pareja que protagonizó un romance digno de novela al mejor estilo siglo pasado, y muchos más adecuada para el cometido que hace veinte años le dio aquel entrañable personaje que fue Jorge Páez Vilaró, y no para el proyecto de hacer allí un restaurante y hotel, como alguien pensó a fines de la década de los ‘60.

El MAAM, como popularmente se le llama, un centro dedicado a divulgar los valores culturales de Uruguay y el resto de América, el único museo privado latinoamericano que permite hacer un viaje en el tiempo, exhibiendo piezas de la civilización de Valdivia -2.000 Antes de Cristo- hasta el presente. Un museo de primer nivel, que desarrolla en la temporada estival una nutrida cartelera de actividades con exposiciones en sus seis salas permanentes que se renuevan quincenalmente, conferencia, conciertos y actos acordes con su espíritu y que recibe más de 23 mil visitantes por verano.

Al frente del comité ejecutivo de Museo esta Jorge Páez Algorta, un joven que desde los años ’70 se dedico a la actividad publicitaria, y al que la reciente muerte de su padre le cambió la vida. Tal como el mismo cuenta: “Mientras velábamos a mi padre, la familia tomó la decisión de seguir con el Museo, al que le dedico su interés hasta sus últimas horas. Por tanto no podíamos dejar perder esto. Uno de los momentos más difíciles fue la apertura. Era muy emotiva, pero no queríamos que se convirtiera en un nuevo velorio de mi padre. Por eso quisimos que este año el MAAM se vistiera de fiesta. Es el mejor homenaje para su querido fundador”.

-Su padre fue un hombre muy dinámico y polifacético. Pintor, dibujante, amante del dixieland, de la música, publicista. ¿Cómo empezó con el Museo?

-Mi padre fue un verdadero aventurero. En sus recorridas por América fue descubriendo el arte precolombino. Empezó a atesorar piezas de Perú, México y poco a poco, lo que se inicio como hobby se convirtió en pasión. Hizo expediciones arqueológicas, fue llenando nuestra casa montevideana de objetos que traía de sus viajes, y un día descubrió esta casa en Maldonado. Sus propietarios la habían comprado para abrir allí un restaurante y hotel, pero abandonaron el proyecto. Jorge la compró y abrió allí el Museo, un centro cultural con entrada libre, y, sin embargo, al que visitan mucho más los turistas extranjeros que los propios fernandinos.

-Usted es un hombre que dedicó buena parte de su vida a la publicidad y ahora se enfrenta a la dirección de un Museo. ¿Se siente preparado para ello?

-Entiendo que el MAAM es un medio de comunicación. De la comunicación cultural para conocer mejor nuestra América, y la oferta que hacemos es para todo público. La idea es terminar con el reparo que representa para mucha gente la palabra museo, que les suena a cosa vieja, aburrida. Creemos que hay una gran demanda por las manifestaciones culturales, y por eso encaramos nuestra actividad como una obra de entrega a la comunidad. En lo personal, mi misión es mantener viva esta casa.

-¿Jorge se sentía satisfecho con la respuesta del público a su propuesta cultural?

-Mi padre trabajaba incansablemente en la organización de la temporada. De él aprendí que uno planifica, diagrama, canaliza inquietudes y reacciona como un actor, que cuando se levanta el telón da la mejor de sí y aguarda el final para recibir la gran recompensa: el aplauso de los espectadores. Aquí, la presencia de la gente es el aplauso diario que despide al actor.

-Usted dijo que hay gente a la que le asusta la palabra museo. ¿Eso apunta al sector de la juventud?

-Eso apunta a cierta gente. Pero sin duda que nos preocupa acercar a la juventud. Por ello, pensamos en ellos al armar la programación. El público del MAAM puede dividirse en dos grandes sectores: los amigos de siempre, los habitués, aquellos que vienen aquí en busca de paz, de actividades diferentes al ruido que se ofrece en otro tipo de actividades menos espirituales. Y los que captamos temporada a temporada, los nuevos, los que descubren este mundo distinto que abre sus puertas todos los días entre las 18 y las 22, y disfruta gratis de las actividades de este centro cultural.

-¿Qué se ha hecho de lo planificado por su padre, y cuál viene siendo su contribución en esta temporada?

-Hasta sus últimos momentos Jorge se ocupó del Museo. Me delegaba gestiones pero vivía pidiéndome cuentas de cómo marchaban las cosas. Es que la temporada del MAAM se planifica en general con un año de anticipación. Los mismos artistas, los críticos, los amigos que nos visitan habitualmente van haciendo sugerencias, y uno diagrama lo que se ofrecerá el año próximo. Después hay que trabajar a partir del momento que se cierran las puertas, hacer gestiones en distintos países, para poder concretar los proyectos. Personalmente tengo algunas ideas. Una de ellas es extender la temporada, y mantener abierto este centro todo el año.

-Pero concretamente, ¿qué se ha hecho para mantener vivo el Museo?

-Abrimos con la Sexta Muestra Nacional de Plásticos jóvenes, Premio Coca-Cola, durante enero hubo conciertos del grupo vocal “Suite Montevideo”, del sexteto Esteban Gil, de René Marino Rivero, conferencia sobre la arqueología en Uruguay, la cultura y medio ambiente en los bañados de Rocha y exposiciones de fotografía, pintura, escultura de numerosos artistas. También se encargó la inauguración de una nueva sala, llamada Rio de la Plata” que fue donada por nuestro presidente de Honor Benno Mattel y su esposa Christina, y que alberga piezas precolombinas uruguayas y argentinas. También se encaro la impresión de un costo catalogo a color con una completa información del museo por secciones: arte precolombino, artes tribales de África y Oceanía; arte colonial de la Conquista, arte popular y esculturas de los más destacados plásticos latinoamericanos contemporáneos. En febrero presentamos el Premio “United Airlines” para arte joven del Uruguay, pinturas de José Trujillo, obras de Elida de León de Fiandra y esculturas de Hugo Nantes, un concierto de la Sinfónica Juvenil del Ministerio de Educación y Cultura y otro del grupo vocal “Suite Montevideo”.

-¿Y no habrá nada para recordar al fundador del Museo?

-Tengo el proyecto de hacer una sala permanente con la obra de mi padre. Y quizás, una noche de estas, cuando la luna dé su marco tan particular al jardín, proyectemos un audiovisual de Diego Abal con música de René Marino Rivero sobre la obra de Jorge. Por suerte, todos nuestros proyectos cuentan con el apoyo de las autoridades nacionales y sobre todo de contribución de diversos sponsors que comprenden y financian esta obra de divulgación cultural. Lo importante es tener claro que Jorge se fue, pero el museo sigue vivo.

lunes, 1 de junio de 2009

VIDA Y OBRA (1922 - 1994)
















BREVE SEMBLANZA DE SU OBRA Y VIDA (1922 - 1994)

Jorge Páez Vilaró nació en Montevideo el 19 de Mayo de 1922. Perteneciente a una de las más antiguas y fundadoras familias del país, creció y se educó en un ambiente generoso de cultura.
Su padre el Dr. Miguel A. Páez Formoso, fue un eminente abogado americanista, autor de varios libros de historia americana, fundador del Partido Agrario, redactor de la Constitución de la República (1917), catedrático de economía política y derecho en la Facultad de Derecho y catedrático de Ética, Historia, Filosofía en la Universidad de la República.
JPV completa sus estudios, especializándose en Contabilidad Industrial (Lasalle University) asegurándose una primera etapa de labor en importantes industrias del Uruguay. Consecuentemente fue regando su firme vocación artística, concurriendo a los talleres de varios maestros (Guillermo Rodríguez, Enzo Kabregu, Vicente Martín, Lino Dinetto) en los que afirmó sus condiciones para la práctica de las artes plásticas.

Poseedor de una vasta cultura humanística, heredada de su padre y maestro, Jorge Páez Vilaró fue destacando sus firmes valores intelectuales para constituir lo que sería la base estructural de todos sus inteligentes planteos creativos, así como los innumerables proyectos que desarrolló durante su activa y proficua existencia.
Desde 1948, apenas terminada la segunda guerra se instaló en Inglaterra, vinculándose a las más destacadas figuras de las artes locales (Ben Nicholson, Jacob Epstein, Hartung, etc.). A partir de esa instancia, realizó gran cantidad de viajes por el Viejo Mundo, entre los años 1950 y la fecha, en los que cumplió diferentes misiones, estudió, se contactó con grandes maestros con los que convivió diálogos y experiencias de suma trascendencia para su carrera de artista y también para el desarrollo de su acción en las esferas de la cultura. De la lista de recordados contactos, anota sus inolvidables encuentros y entrevistas con Pablo Picasso, Mace Chagall, Giacometti, Henry Moore, Bacon, Hartung, Rolf Cavael, Severini, Chadwyck, Barbara Hepworth, Nicolas de Stael, los españoles de París: Fenosa, Clave, Parra, Peinado, Fernández, Domínguez, los italianos Campigli, Sironi, Afro, Mirko, Mascherini, Capogrossi, Vedova, Santomasso, De Chiricho, el Grupo Cobra integrado con Appel, Jorn, Corneille, Ajechinsky, los pioneros del informalismo: Tapies, Millares, Viola, etc.

En 1957 organizó y llevó al museo de Arte Municipal de Ámsterdam una importante muestra de arte uruguayo, incluyendo a Torres García, que giró luego por varias ciudades (La Haya, Rótterdam, etc.) teniéndolo como principal animador y locutor. Con tal motivo siguió cursos de museología con el. Prof. Sandberg, una de las máximas autoridades mundiales en la materia actuando como profesor invitado en el Instituto de Estudios Iberoamericanos de Utrech. Este periplo resulta de marcada influencia para Jorge Páez Vilaró pues allí en el Stedelijk Museum se vincula a la producción del expresado Grupo Cobra, acercándose a Appel, y a Corneille, de los que sacó renovadoras enseñanzas y conceptos para la afirmación de su pintura e ideas. Su pintura o visión del arte gira ciento ochenta grados a partir de estos lucidos encuentros, volcándose hacia la pesquisa de una nueva expresión que se acomodara con su sentimiento por el color y la imagen. De esta manera Jorge Páez Vilaró coloca las "agujas en el reloj de su tiempo", innovando, incorporando y transmitiendo lo sentido y adoptado, como el todo correcto para concebir un nuevo arte de acuerdo con los cambios filosóficos, humanos, sociales y estéticos, comunicados por el nuevo hombre de la post guerra.

Cada uno de sus viajes dio lugar a sostenidos debates y actuaciones públicas en su Montevideo natal así como en Buenos Aires, en donde también tenia formado su ambiente relacionado con los artistas más destacados del momento: Presas, Raúl Russo, Santiago Cogorno, Vasileff, Berni, etc. Fue precisamente en Buenos Aires que expone por primera vez en la Galería Pizarro (1961) una serie de obras diagramadas bajo la tutela de sus relaciones con el Grupo Cobra, dando lugar a elogiosos comentarios y al entusiasmo de los más jóvenes que en aquel instante estaban pautando el renacer de un arte más universalista en la Argentina: Rómulo Macció, Felipe Noe, Jorge de la Vega, Deira, Dávila, etc. Con muchos de ellos se reencuentra en París, donde surge el Grupo de la Nueva Figuración Argentina, de indudable peso en la historia plástica del país hermano en la década del sesenta.

Corresponde señalar que la acción de Jorge Páez Vilaró artista pintor estaba y fue acompasada por una apasionada vocación por la temática total del arte, creando al paso una de las colecciones privadas más importantes del país. Basta recordar algunos de los artistas de su relevante inventario: un dibujo de Picasso, una bailarina de Degas, óleo de Chagall Vaca Tocando el Violín, (1927), Lurcat, Marie Cassat, Constant Permeke, Baumaister, Mondrian, Vasarelli Tapies, De Pisis, sanguinas de Maillol, óleo de Derain, Campigli, De Chirico, Afro, Clave, dibujo de Miró, óleos de Appel, Corneille, Jorn, Hartung, etc. Además de todas estas piezas enriquecía el acervo doméstico, verdadero cenáculo de intelectuales y artistas, con esculturas de Degas, Maillol, Rodin, Moore, Chadwick, Marino Marini, etc. y una espléndida y siempre creciente colección de arte precolombino, que sería la base para la posterior creación del Museo de Arte Americano de Maldonado. Cabe recordar en esta síntesis de méritos la Fundación de la Galería Windsor (1950) en combinación con grandes galerías de Inglaterra como Parker, Gimpel, etc. que aportó exposiciones de primera magnitud y también del Museo de Arte Moderno, auspiciado por el Diario El País, que se inauguró con tres excepcionales muestras, Jóvenes Escultores Ingleses, Vasarelli y Grabadores de Holanda.

También desde el MAM como desde el Ateneo, en donde organizó el primer concierto y discusión sobre el arte abstracto junto al pintor alemán Hans Plastchek y al crítico Peter Bahiertal hizo sentir su inteligente alegato en pro de las nuevas pesquisas, provocando renovadoras polémicas que revitalizaron el clima ambiental, animado por el gran Maestro Torres García con su taller de Arte Constructivo con la potencia de su pensamiento y sus valores. Durante varios años ocupó la titularidad de la crítica y fundó el Suplemento Cultural del diario El Bien Público, dejando inolvidable huella con sus estimulantes e inteligentes artículos y apreciaciones sobre las artes plásticas y el revisionismo conceptual exigido por la hora de nuevas vivencias. Entre todo este agitar de innumerables actividades, que rememoramos: conferencias, redacción de prólogos, mesas redondas, audiciones radiales, giras por el interior del país ofreciendo charlas con audiovisuales en escuelas y liceos de la República, Jorge Páez Vilaró cumplió una consecuente y nutrida cadena de exposiciones individuales y colectivas además de ser seleccionado en repetidas oportunidades para representar al país con sus trabajos, en eventos, certámenes y bienales en los que obtuvo consagratorios premios.

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Analizada su rica biografía puede decirse que Jorge Páez Vilaró fue uno de los pintores latinoamericanos que obtuvo la mayor cantidad de distinciones en compulsas internacionales, dentro de las cuales la más exigente, la Bienal de San Pablo le otorgó en tres ediciones el Premio Brindes Pombo por sus dibujos, el Premio Caio Alcantara Machado por sus pinturas informales, y el Premio al Mejor Dibujante Latinoamericano por sus "dibujazos". Cabe a la vez ilustrar para la más inteligente comprensión de su personalidad en el terreno de la estética, que luego de sus contactos con los maestros del Informal en Europa (Tapies, Millares, Feito, Fautrier, etc.) supo de un sentido pasaje por esta búsqueda, convirtiéndose en uno de los líderes del movimiento en Sudamérica a partir de su labor irradiatoria de Montevideo. Un trabajo histórico y una memorable muestra retrospectiva en el Museo Municipal de su capital, le ubican en el sitial de honor de toda esta generación de los años cincuenta que cambió sustancialmente el rumbo del arte uruguayo contemporáneo. La extensa lista de muestras que hilvana en su inquieta travesía, tanto en su área como en importantes centros de América y Europa puede ser valorada con la lectura paciente de su curriculum referente, que se adjunta a estas líneas de semblanza.

Por sus valores fue designado varias veces miembro de la Comisión Nacional de Artes Plásticas que maneja la política de las bellas artes en el Uruguay. Desde esta alta posición ratificada por varios Gobiernos, Jorge Páez Vilaró realizó brillante e inolvidable gestión. La confianza y prestigio ganados, tanto en la esfera local como internacional, le permitió desempeñar numerosas y valiosas gestiones como Comisario en las Bienales de Venecia y San Pablo, Delegado en certámenes de España, Chile, Argentina, Kassel, Medellín, Valparaíso, Cartagena, etc.
En 1960 colaboró también en la creación de la Bienal de Córdoba, acompañando a sus gestores principales Pedro Pont Verges y Christian Sorensen en todo el proceso organizativo de este trascendente acontecimiento de las artes latinoamericanas hoy clausurado.

En el ínterin recibió el ofrecimiento del Secretario de la Organización de Estados Americanos, Sr. José Mora Otero, como candidato para ocupar la Dirección de Cultura vacante en dicha institución, honor que agradece impedido por la propia suma de compromisos estables que tenia que atender en su tierra natal y en esfera de sus intereses.
Muchas obras remarcables en el panorama latinoamericano han contado con su experto apoyo. Con Francisco Mattarazo estuvo en las bases de la Bienal de San Pablo, a la que concurrió a todas sus ediciones como crítico, pintor, comisario y también como miembro del Jurado de Premiación Internacional. También integró la delegación brasilera que inauguró el Pabellón de Brasil en la Bienal de Venecia. Colaboró con Niomar Moniz Sodre en la primera campaña de concientización en pro del Museo de Arte Moderno de Río, a cuya inauguración concurrió como invitado especial, intervino en la fundación de lo que se llamó en Santiago de Chile el Museo de Arte Moderno (Quinta Normal), junto con Nemesio Antúnez, Barreda, Ortuzar, Roser Bru, etc. Organizó la donación de arte uruguayo para dicho Museo. Igual iniciativa permitió al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires tener una valiosa y representativa colección de plásticos uruguayos. Organizó la valiosa donación de Arte Uruguayo al Museo de Arte Contemporáneo de San Pablo (MAC). Representó por largos años a la Bienal de San Pablo en el área. Fue invitado por el Presidente del Brasil, Juselino Kubicheck a distintas jornadas culturales durante el proceso formativo de Brasilia y al Congreso de Arquitectura celebratorio del mismo. Colaboró con Marta Traba y figura en el acta fundacional del Museo de Arte Moderno de Bogotá. Armó con Godula Bucholz una importante y pionera muestra itinerante de América Latina que culminó en Baden Baden con una conferencia sobre el tema. Intervino en la compra del Pabellón uruguayo en Venecia por mandato del presidente del Consejo Nacional de Gobierno Eduardo Víctor Haedo. Fue representante y seleccionador de la Bienal de Grabado de Chile. Lo mismo ocurrió con la Bienal de Medellín que le tuvo entre sus principales animadores. Fue miembro del Comité presidido por el Dr. Rodolfo Mezzera para crear el Museo Latinoamericano Municipal de Montevideo. Colaboró con Asis de Chateaubrian en la gestión pro Museo de San Pablo.

Prologó más de cien exposiciones. Dictó conferencias en resonantes centros como Paraninfo de la Universidad, Amigos del Arte, Museo de Chile, Ateneo de Montevideo, Royal Society of Fotography de Londres, Centro Latinoamericano de Roma, Facultad de Arquitectura de Asunción, Museo de Viña del Mar, Rotary Club (varios países), Museo Carafa de Córdoba, Instituto Iberoamericano de Madrid, Instituto de Estudios Iberoamericanos de Utrech, Escuela de Bellas Artes de Lima, etc. Reorganizó el Foto Club del Uruguay concretando varias muestras que le devolvieron imagen en el concierto internacional. Fue designado para Presidir la Comisión que estudió la viabilidad del Museo de Arte Contemporáneo del Uruguay, basada en su novedosa iniciativa de erigirlo en el Estadio Centenario de Fútbol, para lograr la convivencia cultural de las artes con el deporte y las masas. Consecuentemente con el apretado sintetismo de estas líneas generales sobre la imagen y valiosa gestión de Jorge Páez Vilaró tanto en su patria como a lo ancho y largo de las Américas, debemos también subrayar su infatigable labor en el terreno de las reconstrucciones históricas y en la sustancial, salvación del ambiente y entorno en el que más tarde hará funcionar el Museo de Arte Americano, llamado a ser uno de los centros culturales más activos y suscitadoras del país y la región, en desafío que despierta la admiración continental. Alerta y sensible ante la corriente destructora que afecta el inventario de bienes históricos del país, Jorge Páez Vilaró logró restaurar con su peculio, más la generosa colaboración de terceros, tres hermosos ejemplos de la primera arquitectura portuguesa de la Colonia del Sacramento que datan de principios del siglo XVIII, entre ellos ésta, su casa, que hoy le rinde su homenaje. También en la misma zona y bajo los auspicios del CITIBANK recicló el "rancho portugués de 1726" en que instaló un peculiar y hermoso museo "Cerámicas y Baldosas Coloniales", con la base de una completa colección de piezas (600) armadas bajo su supervisión.

Tanto su avasallante inquietud, como su vasta cultura, más la suma de una ambición creativa que va más allá del propio cuadro de caballete o del muralismo del que ha sido también practicante, le han permitido incursionar en el área del urbanismo y la arquitectura, vinculándose a uno de los estudios más prestigiosos del país (Arq. Luís García Pardo), colaborando en la programación y concreción de tres bellos edificios de apartamentos en Montevideo ubicados esbeltamente sobre la Rambla de los Pocitos, y dos sendos ejemplos de la mejor arquitectura levantados en Punta del Este, L'Hirondelle y Ruca Malen. Fue uno de los animadores del proyecto urbanístico de Punta Ballena, en donde tiene su famosa casa blanca (Yemanja) planificado en uno de los lugares costeños más hermosos del Uruguay, a pocos kilómetros de Punta del. Este. Acotamos a la vez que de su incursión como escultor quedan dos sendas obras: un enorme móvil en el Pabellón de Aduanas de Montevideo y dos murales de hierro del. Edificio Torre Gorlero de Punta del Este.

Jorge Páez Vilaró frecuentemente recordaba con nostalgia sus almuerzos con Picasso en Vallauris, con motivo de la muestra de cerámicas que le organizó al genio malagueño en Montevideo, así como también a su admirado amigo, Jean Lurcat, el padre de la tapicería moderna, que le confiara la Exposición de tapices que giró por Brasil, Uruguay, Argentina y Chile en un esfuerzo sin precedentes.

Su vocación americanista le llevó a integrar la Sociedad Bolivariana del Uruguay e integrar la Comisión Nacional en pro del Monumento al Libertador en el Uruguay. Fiel a ese pensamiento que fue motor de todos sus desvelos, fundó hace treinta años el Museo de Arte Americano de Maldonado. Como su alma máter y elemento irreemplazable, propulsó sin descansos las artes plásticas latino americanas, cumpliendo programas inéditos históricamente para el área, donde se levanta como un ejemplar centro de irradiación de las voces creativas del continente A esta altura de nuestra cálida semblanza, no podemos olvidar el manifiesto en favor de la toma de conciencia del ser americano, en la procura de afirmar su identidad cultural ante el resto del mundo, que Jorge Páez Vilaró practicó fervientemente en su actitud de pintor promotor, hombre de acción y de emoción. Es por eso que en la pintura, Jorge Páez Vilaró se abraza del "Arte Salvaje"; para plasmar una temática vernácula, que posee los humores de sus gentes, y documenta la "gesta diaria de cada esquina, de lo más intimo y propio, de lo que nos saluda y pertenece..." Con esa filosofía reivindicadora de americanismo y localidad, surgen en los últimos años sus temas tangueros, temas ciudadanos, sus cafés, la iconografía de hormigón, sus retratos cursis, todo un clima afectivo y de afirmación e inventiva que salva en el tiempo la imagen y carácter del terruño y sus comunidades, sus paisajes, sus dramas y alegrías, en la plenitud del sentido crítico y la autenticidad.

Nuestro artista se auto definió como un cronista de sus circunstancias que cuenta las anécdotas populares en el espacio de sus telas, fiel a una tradición secular que viene en hoy a, Daumier, Hogart, Ensor, Solana y el venerado pintor uruguayo Pedro Figari sus antecedentes referenciales. A ello agregó para la dosis de su comunicación, todo lo aprendido de la Nueva Figuración (Bacon y sus consecuencias), manifestándose por conductos expresionistas adaptados a su natural, sentido del humor y visión del cosmos y la humanidad. Es necesario recordar, refiriéndonos a la actitud de su comportamiento como esteta, su precursor manifiesto del Dibujazo, realizado exaltando la necesidad de conferirle al dibujo, como expresión en sí misma la personería que le correspondía como obra final, y no como elemento de intermediación o pasaje para el cuadro. Consecuentemente con ese pensamiento apareció en América toda una brillante generación de dibujantes que dio identidad a sus sentidas premoniciones. Y en lo personal fue galardonado con dos premios en la Bienal Paulista y el Premio de Dibujo en la Bienal de Rijeka, Yugoslavia.

Pocos artistas plásticos en nuestro país han cumplido tarea tan rica y completa. Pocos han sido y son tan generosos en la entrega del esfuerzo, del sudor, del estímulo para los demás, del apoyo incondicional para la juventud.

Jorge Páez Vilaró, soñando y haciendo lo que él llamaba "la América nuestra de cada día", aconsejó a las Naciones Unidas para llevar adelante sendos proyectos culturales en el Uruguay, estableciendo desde su sitio en ICOM (Consejo Mundial de Museos de UNESCO) las reglas para crear políticas museográficas, para las facilidades en la comunicación de los mensajes del arte. Sensibles ante su tesonera proclama de "hechos y no palabras", las patrias hermanas de Brasil, Perú y Chile le impusieron las condecoraciones de "Orden de Barón de Río Branco", "Comendador al Mérito" y la "Orden de Gabriela Mistral", varias instituciones de los tres continentes le designaron miembro de honor, recibiendo a su paso los estimulantes y continuos homenajes de gobiernos y pueblos que él asumió sin vanidades como forma y parte de un diálogo anímico que formó parte de su calidez, entrega natural y afecto por los demás. Su "foja" de servicios, la larga actuación en la plástica como en el territorio de la cultura queda refrendada por cientos de artículos de prensa y revistas del Uruguay y resto del mundo, así como está anotada en importantes trabajos críticos y libros que abarcan la problemática del arte contemporáneo. Sus telas y dibujos se hayan en importantes museos del Uruguay y resto del mundo, así como en infinidad de colecciones particulares.

sábado, 30 de mayo de 2009

ALGUNAS CLAVES SOBRE MI PINTURA . . .

"En el apasionado recorrido, acompasé la acción generatriz del hecho plástico con una ansiedad investigadora que por gracia del destino y las comunicaciones, pudo alimentarse directamente en las fuentes genuinas, con los personajes acertados, muchos de los cuales son ya parte de la historia del siglo.Me considero un autodidacta porque nunca tomé clases tradicionales, ni acepté las disciplinas o las lecciones de los talleres que tuve a mano. Mi formación se afirmó permanentemente en la constante necesidad de cultivarme, tratando de descubrir mis propios signos, las pautas de un carácter de gestos directos y vitales o la presencia de un alimentado sentido del humor para ver y realizar, que me ha salvado de la trascendencia acartonada.Continuos viajes enriquecieron mis vivencias, al tiempo que en Montevideo, mi sede matriz, me esforcé sin descanso para dominar el oficio, dibujando y pintando sin cesar.Tuve contacto puntual con los líderes europeos que estaban timoneando los nuevos movimientos que me interesaban, ya en la hora del Cobra en Holanda o en instancia del informal en Alemania y España. Quien se tome el paciente trabajo de seguir mi itinerario curricular, observará que no ha habido descansos, cubriendo galerías, museos, certámenes, en una actitud de difusión de mis mensajes, que sirvió la causa de mi fortalecimiento moral y espiritual.Todo me fue llevando a una actitud que reivindicaba la temática cronical de partida vernácula, hablando ya, de historias pintadas, con la más libre de las libertades, metiendo el ojo en nuestra idiosincrasia, en la observación y la ocurrencia.Por eso sentí mi propio renacimiento creativo, cuando encendí con vehemencia la chispa que decidió la aventura de depositar en primer plano la imaginería de mis memorias, y las revelaciones de la cercanidad.Ahora intento armar la obra sobre el plano, como un puzzle, con una estocada directa que ya se da con dibujo, luz y grito incluido en la pincelada. El color sigue siendo el coro de la ópera. La lectura es activa y sin silencios. La verticalidad de mis experiencias, de todo lo vivido actúa como aguja para enhebrar el quantum, replanteando para el coloquio metafórico, un discurso que necesita la complicidad del espectador.Estoy haciendo un arte que corre por el brazo, sin frenos ni semáforos, que nada tiene que ver con la complacencia y mucho menos con el gusto de quienes buscan lo bonito o se pasean con la moda. Y mi periplo de pescador transcurre en el país cuna, con luz de taller, banco de plaza y una naturaleza humana o de playas, campos y soles que llena de valentía mi maleta .Procuro entregar una pintura sin jaulas, con una gota de 'joie de vivre' en la oración y una alegría sin claudicaciones para convertirla en un acto de espíritu y salud."

viernes, 29 de mayo de 2009

Este Museo fue fundado por Jorge Páez Vilaró en el año 1973. Aquí encontramos exposiciones americanas y de sus historias que fomentan su arte y cultura. Dedicado a divulgar el arte y la cultura de nuestro continente americano, su colección permanente tiene la particularidad de presentar un panorama muy completo que abarca todas las culturas importantes desde hace 5.000 años hasta la actualidad.El guión que recorre colecciones de arte precolombino, arte colonial y arte popular de América, esta complementado por una excelente colección de piezas de Africa y Oceanía.

Activo complejo cultural dedicado al fomento del arte y el conocimiento de las culturas americanas y sus historias ancestrales, sorprende por la belleza y valor de su contenido como por el encanto de su conjunto arquitectónico y urbanístico, ejemplo sobreviviente de casco de estancia urbana, vigilante del Atlántico, y de la portentosa naturaleza que le viste de verde desde hace más de un siglo atrás. Como un gran medio de comunicación vivencial e interactivo, donde se manifiestan todas las artes, el MAAM conecta a públicos y artistas, en un intercambio espiritual muy positivo, que apunta al enriquecimiento de la cultura y el desarrollo de la creatividad. Los horizontes precolombinos, el arte colonial, las manifestaciones populares, junto a trascendentes ejemplos de la plástica contemporánea, integran el rico itinerario del Museo.

Con una propuesta variada y siempre cambiante, poblada de exposiciones, conciertos y conferencias, ofrece un programa siempre didáctico, interesante y disfrutable, llenando un espacio de enorme importancia para la sociedad que asiste a nuestro principal balneario.

Varias esculturas de importantes artistas latinoamericanos como Careaga, Ortuzar, Marina Nuñez del Prado, Libero Badí y de los uruguayos José Luis Zorrilla de San Martín, Matto Vilaró, Cabrera, Riva-Zucchelli, Nantes y Podestá, entre otros, comparten armoniosamente el amplio espacio enjardinado de 4.000 m2 de superficie con los señoriales y centenarios ejemplos botánicos aportados por Burnett de lejanos confines.

En este entorno de exuberante belleza, donde el clima de poesía y nostalgias se perfuma de jazmines y rosales, el MAAM ha destinado además un espacio especial para exhibición temporal de esculturas e instalaciones, que alberga durante el verano varias muestras de jóvenes y de otros ya consagrados escultores uruguayos y extranjeros.

En el romántico patio colonial que preside la entrada del sector de las colecciones permanentes del Museo, una simpática cafetería, con buena música latinoamericana, aporta, luego del largo recorrido, un saludable descanso y una oportunidad de compartir agradables momentos con conocidas figuras del arte y la cultura internacional que nos visitan permanentemente.

Colecciones

El MAAM tiene la particularidad de ofrecer al visitante un vasto panorama artístico-cultural de América, con un recorrido histórico y geográfico que abarca como pocos museos la casi totalidad de las culturas del continente, comenzando hace 5.000 años y llegando a las más actuales expresiones artísticas.

A las colecciones permanentes de arte precolombino, colonial y popular, hemos sumado una excelente exhibición de piezas provenientes de Africa y Oceanía, cuyas culturas han dejado importantes influencias en gran parte de América.

Arte Precolombino
Arte Colonial
Arte Popular
Arte Tribal de Africa y Oceanía
Arte Contemporáneo

Arte Precolombino

El guión comienza contando los aconteceres de un sorprendente proceso cultural e histórico que se inicia en América a mediados del tercer milenio A.C. y se interrumpe en el siglo XVI con la conquista europea.

Colección de Arte Precolombino. Con un acervo de más de 800 piezas originales, se presenta un completo panorama de las culturas precolombinas.

Con un acervo de más de 800 piezas originales, se presenta un completo panorama de las culturas precolombinas, en su mapa total que va y viene desde México, Centro América, Los Andes, la gesta del Inca y su expansión, el norte argentino; y allá en la boca del Amazonas, la revelación Marajo, isolada y conmovedoramente cabal.

Para darle una idea de la amplitud de culturas y civilizaciones precolombinas representadas en el Museo podemos destacar las siguientes:

México y Guatemala: Olmeca, Veracruz, Nayarit, Colima, Jalisco,Maya.
Panamá: Coclé, Veraguas.
Colombia: Quimbaya, Manteña, Chibcha.
Perú: Chavin, Recuay, Moche, Nazca, Huari, Chancay, Vicus, Chimu, Inca.
Costa Rica: Chiriqui.
Bolivia: Tiahuanaco.
Ecuador: Valdivia, Chorrera, Bahía, La Tolita, Jama Coaque, Carchi.
Argentina: Belen, La Aguada, Conturhuasi.

Colección de Arte Colonial. La colección de arte colonial religioso del Museo comprende varias piezas que datan de la época de la conquista, provenientes de distintas partes de América.

Arte Colonial

La colección de arte colonial religioso del Museo comprende varias piezas que datan de la época de la conquista, provenientes de distintas partes de América.

El arte religioso fue una herramienta fundamental que los conquistadores utilizaron para la colonización y propagación de la fe católica en la población nativa.

Arte Popular

El sector superior del Museo, con sus tres salas, está enteramente dedicado a exhibir el arte popular de América. Dejando de lado las piezas hechas para consumo de turistas, nos referiremos a las artesanías actuales realizadas a mano por los pobladores amerindios y mestizos que utilizando herramientas simples siguen las tradiciones que se trasmitieron de generación a generación desde tiempos precolombinos.

Arte de Africa y Oceanía

Para las artes de Africa y Oceanía se utiliza a veces la expresión "arte primitivo". Esta expresión se puede interpretar en el sentido de que las tribus que han producido estas obras han sido relativamente poco evolucionadas para los europeos, cuando tuvieron los primeros contactos con estos. Este arte no es nada primitivo en el sentido popular de la palabra.

Colección de arte de Africa y Oceanía. En la sala se muestra un excelente conjunto de esculturas, estatuas y máscaras que están íntimamente relacionados con la religión, y también una cantidad de piezas de uso diario, como cuchillos, cucharas y apoyacabezas que son de gran valor etnológico.

Nuestra colección de Arte Africano cubre con valiosos objetos toda la región comprendida entre Senegal y el Congo, prácticamente la única zona donde se ha producido arte tribal de alta calidad. En el arte de Oceanía se distinguen tres áreas compuestas por Micronesia, Polinesia y Melanesia. Todas muy bien representadas en el museo.

Arte Contemporáneo

El MAAM ha reunido a lo largo de los años una valiosa y representativa colección de obras realizadas por consagradas figuras del mejor arte contemporáneo del continente americano.

Museo de Arte Americano de Maldonado. La vieja casona rosada conocida como la "Casa del Inglés", en la que se encuentra instalado el Museo, fue construida al comenzar la década de 1870 por el preclaro ciudadano británico Henry Burnett.

Además, como es lógico, el MAAM atesora una grán colección de pinturas y dibujos de su fundador, el artista uruguayo Jorge Páez Vilaró.

Si bien el MAAM prefiere utilizar sus salas para organizar exposiciones itinerantes, es habitual que cada dos años se exhiba parte de su colección.

Museo de Arte Americano de Maldonado

La Fundación MAAM es un Museo y un activo Centro Cultural creado por el famoso artista uruguayo Jorge Páez Vilaró en el año 1973, en una antigua casona que recientemente ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.

Museo de Arte Americano de Maldonado. Con una propuesta variada y siempre cambiante, poblada de exposiciones, conciertos y conferencias, ofrece un programa siempre didáctico, interesante y disfrutable, llenando un espacio de enorme importancia para la sociedad que asiste a nuestro principal balneario.

Dedicado a divulgar el arte y la cultura de nuestro continente americano, su colección permanente tiene la particularidad de presentar un panorama muy completo que abarca todas las culturas importantes desde hace 5.000 años hasta la actualidad. El guión que recorre colecciones de arte precolombino, arte colonial y arte popular de América, esta complementado por una excelente colección de piezas de Africa y Oceanía.

Asimismo el MAAM contiene numerosas obras de arte contemporáneo de importantes artistas latinoamericanos y desarrolla múltiples actividades, destacándose las 20 exposiciones que realiza por verano.

El MAAM está ubicado en la capital del departamento de San Fernando de Maldonado, República Oriental del Uruguay, a unos 130 kilómetros al este de Montevideo, integrado a la hermosa Punta del Este, el balneario de mayor renombre internacional del área.

Jorge Páez Vilaró artista uruguayo fundador del Museo de Arte Americano de Maldonado en el año 1973.

Activo complejo cultural dedicado al fomento del arte y el conocimiento de las culturas americanas y sus historias ancestrales, sorprende por la belleza y valor de su contenido como por el encanto de su conjunto arquitectónico y urbanístico, ejemplo sobreviviente de casco de estancia urbana, vigilante del Atlántico, y de la portentosa naturaleza que le viste de verde desde hace más de un siglo atrás.

Hoy, con el pesar que provoca la ausencia de su fundador, fallecido a fines de 1994, su familia continúa con esta tarea, y ha creado la Fundación que mantendrá vivo este importante legado para las futuras generaciones, como el mejor homenaje a un hombre extraordinario.

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